Cuando amas a alguien, son las pequeñas cosas que
marcan la diferencia como abrir la puerta de un coche, acomodar una silla,
secarse las lágrimas o pasar tiempo escuchando hablar sobre su día. También se
trata de proteger y cuidar a tu pareja o tu familia, incluso cuando no estés
cerca. Asegurarse de que los niños tengan sus abrigos en las mañanas, aunque
digan que no hace frío; poner una cena nutritiva sobre la mesa, incluso cuando
se la coman tan rápido que nadie sabe lo que es; y proveer una seguridad
financiera, incluso si nunca has utilizado tu talón de cheques.
Amar a alguien es mantener los mejores intereses de
tu ser querido en mente, incluso si son demasiado jóvenes para saber lo que eso
significa.
Un seguro de vida proporciona la seguridad
financiera para tus seres queridos en aquellos momentos que más lo necesitan. Están
frágiles y aturdidos por el vacío que tu fallecimiento les ha causado en sus
vidas. Lo último que necesitan es preocuparse por los acreedores.
Tu carta de amor definitiva
Con suerte, te pasas la vida diciendo y mostrando a
tu familia que los amas en un millón de distintas maneras. Eso no debería
detenerse cuando tú fallezcas. El seguro de vida es tu última carta de amor para
tus seres queridos.
¿Recuerdas los fuegos artificiales y las mariposas que
sentiste cuando conociste a tu pareja? ¿Recuerdas cómo te preocupaste por
conocer sus intereses, a veces poniéndolos por encima de los tuyos? Tú podrías
mover montañas por esta persona.
Si todos tuviéramos un ángel, como el que George
Bailey hizo en la película “Es una vida maravillosa”, que nos mostró como
serían las cosas para nuestra familia y amigos si no estuviéramos para ellos.
No podemos saber del dolor que tendrían que soportar cuando nos hayamos ido y,
francamente, no quisiéramos pensar en ello. Pero nos obligamos, por amor a
ellos, a imaginarlo desde un punto de vista financiero. Tratamos de imaginar
sus necesidades y anticipar cómo podemos ayudarlos sin estar presentes.
Definimos nuestros roles en la familia como esto:
· Mi familia depende de mis ingresos para los
gastos del día a día.
· Me ocupo de las necesidades de todos. Yo no
cobro un salario, per se, pero alguien tendría que hacerlo si yo no estuviera
allí. Mi esposo (a) no podría hacerlo todo.
· Mis hijos van a ir a la universidad. Dichos
gastos deben ser abordados.
· Mi esposo (a) estará devastado (a). No hay
manera de que vaya a hacer capaz de trabajar de forma inmediata.
· Mi familia no tiene el dinero para cubrir mis
gastos finales o para cubrir los impuestos sobre mi propiedad.
Cubrir las necesidades financieras de tu familia es
una de las pocas cosas que puedes controlar cuando se trate de una muerte
prematura. Es su tranquilidad y una manera para que tu familia sepa que los
amaste lo suficiente para salvaguardar su futuro.
La compra de un seguro de vida es como enviar una
nota de amor desde el más allá, como un último regalo a nuestros seres queridos
diciendo: "Yo daría cualquier cosa en este mundo para estar con ustedes,
pero ya que no puedo, hare lo que sí puedo hacer y eso es asegurarme de que tengan
una seguridad financiera".
No sabemos cómo terminará esta historia de amor,
pero cubrir las necesidades de nuestra familia será un recordatorio de nuestro
amor hacia ellos mucho después de que nos hayamos ido. En este escenario, los
seguros de vida se transforman en seguros amor.
Fuente: Liran Hirschkorn I www.lifehappens.org
http://bit.ly/1vmpSZz
Fuente: Liran Hirschkorn I www.lifehappens.org
1 comentarios :
Siempre he dicho que un seguro de vida proporciona la seguridad financiera para en aquellos momentos que más lo necesitan. Como también es importare conoce el tema de seguro de hogar para segunda residencia, me sirvio de mucha ayuda.
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