El Valor de un Seguro de Vida

 

Cuando tenía 4 años Daniel dejo de ver a su papá, con quien jugaba todos los días después de que este terminaba su jornada laboral. Esto sucedió de manera repentina y él no se explicaba lo que estaba pasando. No solo ya no lo volvió a ver, sino que su mamá le dedicaba menos tiempo al tener que buscar otro trabajo para reemplazar el ingreso de su esposo. Las vidas de Daniel y su mamá cambiaron drásticamente de un día para otro cuando el papá falleció a los 30 años de edad en un accidente de tránsito al dirigirse este a su casa después de un arduo día de trabajo.

Al igual que el papá de Daniel, muchas personas tienen en cuenta a la muerte, pero normalmente no es algo que piensan que les va a suceder pronto. Él no tenía contemplado fallecer ese día, esperaba ver crecer a su hijo, que se graduara de la universidad y quizás ver nacer a sus nietos; pero su vida termino en un segundo. Tenían muchos planes como familia: saldar el crédito hipotecario de la casa, comprar un carro nuevo, salir de vacaciones y muchos proyectos más. Desafortunadamente todos se truncaron ya que al no prever este evento dejó a su familia en una situación económica muy difícil.

Durante más de 6 años que llevo dedicándome a la asesoría patrimonial, he encontrado personas que al igual que Daniel solo pensaban en el presente, pero no se preocupaban en  planear su futuro; ni en prever imprevistos que pudiesen poner en riesgo el patrimonio de su familia. Un instrumento que pudo haber ayudado a la familia de Daniel es el Seguro de Vida. Si él hubiese contratado un seguro de vida, hoy su familia estaría viviendo sin preocupaciones económicas. La mamá ha tenido que buscar otro trabajo y por consiguiente ha dedicado menos tiempo a su hijo pequeño, que aunque todavía no logra comprender lo que paso, si se ve afectado emocionalmente por lo sucedido.

Hay situaciones en la vida que no se pueden prever pero que son inevitables, como la muerte, enfermedades o bien otros siniestros que puedan afectar a nuestros seres queridos. Un seguro de vida permite brindarle a tu familia la seguridad financiera y la oportunidad de vivir tranquilamente aun cuando tú ya no estés. Esta decisión es una respuesta simple a una pregunta muy difícil: ¿Cómo se las arreglará financieramente mi familia cuando yo muera? Es un tema en el que en verdad nadie quiere pensar, pero si alguien depende financieramente de ti, es algo que no puedes evitar. Todos tenemos la responsabilidad de proteger a aquéllos que dependen de nosotros con un seguro de vida por un monto suficiente, que es la base de la seguridad financiera de tu familia. Esta protección le puede brindar a los que dejamos una seguridad financiera de por vida.

Hoy en día se tiene la creencia de que un seguro de vida es un “seguro de muerte”, ya que para poder cobrar la suma asegurada se tiene que pagar un precio muy alto al tener que fallecer el asegurado. Estos han evolucionado con el paso del tiempo. Los seguros de vida pueden clasificarse en tres grandes grupos, dependiendo de las necesidades de cada persona o familia:

Seguro Temporal

En este caso, la aseguradora únicamente pagará la suma asegurada de esta cobertura si el asegurado fallece durante el plazo estipulado en la carátula de la póliza. Su objetivo es ofrecer protección durante este plazo. Este seguro tiene la ventaja de ser más barato, ya que la prima se calcula con base sólo en la probabilidad de que el asegurado fallezca durante la vigencia del seguro, de acuerdo con su edad y tomando como referencia las tablas de mortalidad.

Seguro Ordinario de Vida o Vitalicio

En este tipo, la aseguradora pagará la suma asegurada de esta cobertura al ocurrir el fallecimiento del asegurado, su objetivo es otorgar protección por fallecimiento de forma vitalicia y se basa en el supuesto de que el asegurado pagará primas hasta su fallecimiento. Este seguro es relativamente caro, ya que existe certeza de que el riesgo de fallecimiento efectivamente ocurrirá.

Seguro de Vida Dotal

La palabra dotal viene de “dote”, es decir, de recibir una cantidad de dinero. La aseguradora pagará la suma asegurada de esta cobertura al término del plazo contratado o antes si el asegurado fallece. Su objetivo es ofrecer protección por fallecimiento y supervivencia. Hay dos tipos de seguros dotales:

1- Dotal Puro. Éstos son en realidad seguros de “sobrevivencia”, en los que la suma asegurada no se entrega a la muerte del asegurado, sino únicamente si éste sobrevive al final del plazo contratado. Se contratan generalmente a plazos cortos y pueden verse como una inversión.

2- Dotal Mixto. Es una combinación de un dotal puro, con un seguro de vida temporal. Algunas aseguradoras los venden como planes de jubilación o de retiro y otras como “línea universal”. Tienen la característica básica de que la suma asegurada se entrega si el asegurado fallece durante el plazo contratado, o bien, si sobrevive al final de dicho plazo.

A partir de estos seguros de vida básicos, se pueden hacer “trajes a la medida” para cubrir necesidades de protección específicas, tales como:

• Planes de Vida con Programas de Ahorro
• Planes de Vida con Dotal o con Fondo de Inversión para la Educación de sus Hijos
• Planes de Vida para el Retiro

Como habrás visto, los seguros de vida han evolucionado de acuerdo con las necesidades de las personas. La decisión sobre qué tipo de seguro de vida nos conviene contratar depende de nuestras necesidades económicas y del monto de prima que podemos pagar.

Recuerda, contar con un seguro de vida es esencial porque protegemos a las personas que dejamos atrás: los beneficiarios. Mediante el seguro de vida, los miembros de tu familia y sus dependientes podrán evitar la pérdida de ingresos que tú proveías para ellos.

Te invito a que me envíes tus preguntas, dudas y comentarios a través de mi página en Internet: www.alfaroconsultorespatrimoniales.blogspot.com

El valor del seguro de vida: Es una extraña anomalía que los hombres tengan el cuidado de asegurar su casa, sus barcos, su mercancía y sin embargo tengan la negligencia de no asegurar su vida; seguramente ésta es lo más importante para sus familias, y la más sujeta a pérdida - Benjamín Franklin

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